paréntesis

tiempo.
cuánto tiempo hacía que llovía?
eso no es relevante.
lo cierto es que ese día él se despertó en un no-lugar,
un recinto donde las palabras eran jeroglíficos y los gestos quebrados,
muecas extrañas de gentes ignotas.

llovía, de eso no cabía duda.
ni tampoco de que el aire se había vuelto invierno en una tarde,
tal vez en aquella hora donde durmió sudando, delirando, pidiendo.

ahora tiene un no-lecho en un no-lugar
con pies que se resisten
con espejos esmerilados
con flores de plástico
y sonidos lejanos.

ahora tiene un no-corazón
que late disonante como y cuando se le canta
una centena de copos de maíz vencidos en la no-alacena
y más de una razón para quedarse a vivir en esa no-morada.

él nació mientras llovía
y ahora, cuando el termómetro acusa 3 grados,
puede desnudarse para sentirse vivo.


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