love is in the air
Por muy dark y atea que sea, escéptica y aburrida, moderna o liberal, una mujer siempre se visualiza a sí misma, al menos por un micro instante de su vida, con la dichosa joya en el dedo anular.
Me refiero a la alianza, objeto de deseo de tantas féminas y terror de las masculinas almas que temen ser apresadas bajo el mandato de Dios o el Registro Civil.
Ni idea tengo de si algún día viviré un pedido de mano a la "joliwud", o de si ostentaré piedra preciosa o redondel de oro en mis dedos extra light. Lo que si sé es que hay tiempo para todo en esta vida, incluso para casarse.
Clara, mi suegra, se casó ayer (los festejos llegarán este domingo al caer la noche).
Las invitaciones a la boda eran estos pequeños lienzos enroscados y atados con organza, presentados dentro de un tubo de ensayo coronado de cintas y pequeñísimas rosas de tela, y sellado con un las iniciales barrocas de los novios (C&J). Y es que los ya marido y mujer vivirán a partir del año que viene frente al mar, en un jardín de 100 flores e incontables sonidos de pájaros y busqué acompañar con esta estética su elección de vida.
Este post puede parecer edulcorado y demasiado íntimo (como dice mi amigo Javi), pero si el arte no es íntimo, si no es expuesto, qué lo es?...
Y si la vida, esta pequeña partícula de polvo, no nos sirve para gozar y tirar a la basura todas las piedras que cargamos para empezar de cero, para que coño vivir?.
Me refiero a la alianza, objeto de deseo de tantas féminas y terror de las masculinas almas que temen ser apresadas bajo el mandato de Dios o el Registro Civil.
Ni idea tengo de si algún día viviré un pedido de mano a la "joliwud", o de si ostentaré piedra preciosa o redondel de oro en mis dedos extra light. Lo que si sé es que hay tiempo para todo en esta vida, incluso para casarse.
Clara, mi suegra, se casó ayer (los festejos llegarán este domingo al caer la noche).
Las invitaciones a la boda eran estos pequeños lienzos enroscados y atados con organza, presentados dentro de un tubo de ensayo coronado de cintas y pequeñísimas rosas de tela, y sellado con un las iniciales barrocas de los novios (C&J). Y es que los ya marido y mujer vivirán a partir del año que viene frente al mar, en un jardín de 100 flores e incontables sonidos de pájaros y busqué acompañar con esta estética su elección de vida.
Este post puede parecer edulcorado y demasiado íntimo (como dice mi amigo Javi), pero si el arte no es íntimo, si no es expuesto, qué lo es?...
Y si la vida, esta pequeña partícula de polvo, no nos sirve para gozar y tirar a la basura todas las piedras que cargamos para empezar de cero, para que coño vivir?.
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