adiós

Pienso que no hay sensación ni remotamente parecida a la que se experimenta en la antesala del adiós. De pronto los gestos de vuelven de manteca, lentos como los relatos de un tartamudo, visiones en cámara lenta.

Hace un rato estaba en el pasillo diciendo "buenas tardes" y ahora mientras me hago este café con leche revuelvo, revuelvo, revuelvo, y aprendo cada segundo con atención y cuidado. Hoy no quiero que se me escape nada.

Este es mi adiós.

He recorrido los mismos pasillos y palabras la mitad de mi vida con cierta automatización y una bien intencionada y necesaria indiferencia. Pero en las últimas horas todo se me hace de pronto trascendente, como de hecho histórico y miro escucho hablo... como una tartamuda.

Cada vez que pestañeo me queda una instantánea y mientras me voy cantando algo bajito mitad alegre mitad melancólico.

En mi antesala del adiós hay un trastero enorme, lleno de viejos segundos (362.664.000 exactamente). Un cuarto TAN abarrotado que no cabe ni una hoja, aunque ahora solo tenga hojas en blanco.

Esta es mi antesala del adiós, mi salto al vacío.
Estoy del otro lado.

Comentarios

Anónimo dijo…
ATERRIZADATERRORIZADA Ce, sólo espero que este "adiós" deje de lado a tu otrora "bluebeing@" para dar lugar a una chica más naranja, roja, pasional y divertida que sos vos. Obviamente extrañarás cruzar aquel puente sobre la N2 viendo los avioncitos aterrizar; pero ya aterrizada supongo que lo verás como algo bueno y no como una experiencia casitgadora.
Mucha suerte amiga! y espero que tengas un buen viaje y que además, puedas tener en algún momento un retorno esperado,
besos,

Andrés.
Dulce dijo…
gracias querido Andy. Aunque te parezca cursi ó medio exagerado, te aseguro que estar aquí tiene que ver tb con tus amorosos aportes :)

Todo suma.

aquí estaré, a 300 mts, para lo que precises, cuando lo precises.
Dulce dijo…
Mauricio, es solo una reflexión algo abstracta sobre el hecho de que he dejado de trabajar en el sitio donde (laburos de esigner freelance aparte), he pasado los últimos 12 años de mi vida, y ahora arranco camino por otro lado, totalmente distinto.

Dejaré de ser freelance para ser tiempo completo.

veremos lo que resulta!.

un abrazo.
chicle dijo…
No entiendo...


Vas a vivir en un avión?
Dulce dijo…
Jajajaja, no cubito!, todo lo contrario. Basta de viajes.
Este es tiempo de raíces, de estar en tierra firme ^-^
Ing. Pablo dijo…
Yo hice lo contrario: pasé de trabajar en oficina a ser freelance y realmente me gustó. Ahora estoy volviendo a oficina pero no como empleado sino como "socio", asi que será diferente...
beatrice dijo…
la melancolía es inevitable.
todas las cosas son buenas y malas a la vez. mi experiencia dice que el tiempo diluye lo malo y los recuerdos gratos son los que prevalecen. eso me ha llevado a cometer el mismo error más de una vez, pero ese es otro tema.

emprender un cambio tan importante debe ser muy difícil, no me ha pasado algo así todavía y me parece muy valiente de tu parte ce.

contas con todo mi apoyo.
besos,
bea

pd: te puedo seguir llamando cariñosamente "mi amiga azafata"?
pd1: gracias por llevarme a marruecos :)
chicle dijo…
Ah!


Suerte en la tierra!
Dulce dijo…
Pablo: pues esta será mi primera vez en una oficina!!, todo un experimento extraño para mí.
CUEVA dijo…
Cada oficina es una nave espacial. La mía está abajo de la tierra y en la punta de una estrella.¿La suya?
diegoabelenda dijo…
"Cada vez que pestañeo me queda una instantánea y mientras me voy cantando algo bajito mitad alegre mitad melancólico" , sentí lo mismo al dejar el trabajo "seguro" (alargaba el final) para dar ese "salto al vacío" del difícil arte de vivir del arte . . . por tu cuenta
. . . en fin

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